martes, 29 de diciembre de 2015

¿A qué viniste a este mundo?



Soy un espectro que, al parecer, vino para ser un aprendizaje
Para mi misma. 
Para otros. 
A dejar una enseñanza o un sentido, teniendo intenciones para ello y también sin querer.
Sin la posibilidad de ser apreciado fácilmente, porque no me pueden ver. 
Lo que realmente soy, lo que hay dentro. Lo que muestro, lo que doy. Que es tan transparente a la vista de todos, pero que no lo quieren ver.
Entonces los otros siempre se apenan cuando ya me fui, porque me transformo en un recuerdo en el que me quieren reconocer esperando reencontrarme.
Y yo me apeno por tener que partir. 
Es triste enfrentar el espejo y verme tan irreprimible como lo es el tiempo. 
Desfigurado, y cargado de contenido. En su mayoría recuerdos.
Es triste el andar, el entender, y el sobrellevar. 
Soñar, ilusionarse, derrumbarse.

Y volver a empezar, una y otra y otra puta vez.


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