Te subís.
Al principio parece que la motricidad no ayuda, entonces tambaleás.
Al principio parece que la motricidad no ayuda, entonces tambaleás.
Hasta que el derecho pisa fuerte y arranca.
Derecho, izquierdo, derecho, izquierdo y va... vas.
Tomas fuerza, ganas ritmo y andás, con los ojos fijos al frente.
Te caes: te levantas. Te subís, y vas.
Siempre vas.
¿Cuántas veces se aprende lo mismo, no?
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